Russula heterophylla
- Nombre común: Ninguno.
- Sinónimo: Ninguno.
Taxonomía:
- División: Basidiomycota
- Subdivisión: Basidiomycotina
- Clase: Homobasidiomycetes
- Subclase: Agaricomycetidae
- Orden: Russulales
- Familia: Russulaceae
Comestibilidad: buen comestible, muy buscada y apreciada.
Características:
Sombrero que en su mayor apogeo alcanza de 8 a 10 cm de diámetro, ocasionalmente algo más, de forma subglobosa en su primera etapa, se va abriendo hasta aplanarse completamente, hundiéndose un poco en el centro como un ombligo. Es de color fundamentalmente verde, aunque es habitual la presencia de difumaciones de varios colores, sobre todo en la zona central, donde es más oscuro. Su cutícula es parcialmente separable y el borde un tanto incurvado.
Láminas adnatas, anastomosadas irregularmente en las proximidades del pie, de color blanco, bastante apretadas, sin tacto grasiento y desprendibles con relativa facilidad.
Pie cilíndrico, a veces atenuado en la base, de color blanco, pudiendo presentar alguna mancha ocre sobre todo en la parte baja. Proporcional al tamaño del sombrero.
Carne espesa y firme de color blanco, consistente pero quebradiza como Russula que es. Olor fúngico suave y sabor suave y agradable.
Hábitat:
Es una seta habitualmente encontrada durante el verano y el otoño, preferentemente en bosques de planifolios, pero también bajo coníferas.
Observaciones:
Es un buen comestible, quizás sin llegar a la entidad de otras setas de su género, como la Russula virescens, con quien se suele confundir. La cutícula de esta seta es lisa, no cuarteada, y tampoco tiene el color verde cardenillo de la virescens. También es habitual confundirla con la Russula cyanoxantha, de láminas grasientas al tacto, cualidad que no tiene la especie aquí descrita.
Nuestra receta
Russula en salsa.
Ingredientes: 300 grs. de Russula cyanoxantha, media cebolla, 2 dientes de ajo, una cucharadita de harina, un vasito de vino blanco, una cayena, aceite de oliva, perejil, sal y pimienta
Elaboración: En una sartén con aceite de oliva pochamos media cebolla bien picadita y 2 dientes de ajo. Dejamos hacer unos minutos. Incorporamos las setas bien limpias y cortadas a trozos regulares. Añadimos pimienta negra en polvo y sal Cuando suelten el agua (si las setas no sueltan agua añadimos ésta) incorporamos, en caliente, 1 cucharada o más de harina que desleímos con mucho cuidado para que no queden grumos, hasta que la salsa coja la textura necesaria. Dejamos hacer el conjunto suavemente durante 15 minutos. Incorporamos un vasito de vino blanco y dejamos hacer otros 10 minutos a fuego lento. Finalmente espolvoreamos con perejil picado. Si gusta el picante añadir 1 guindilla cayena en el momento de añadir el vino blanco.
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